La Academia dio vuelta un partido increíble en el Nuevo Gasómetro gracias a dos tantos de Facundo Mura, ¡de cabeza!. El elenco de Avellaneda, que no había tenido un mal primer tiempo, se fue perdedor por la anotación de Alexis Cuello, pero pudo revertir el marcador en el cierre del clásico. De un tiempo, a esta parte, le salen todas.
El estado de gracia que maneja el equipo de Gustavo Costas, desde la clasificación a la final de la Copa Sudamericana a esta parte, es algo llamativamente poderoso. El elenco albiceleste ganó los últimos 4 encuentros de la Liga y en las últimas dos presentaciones se quedó con los tres puntos sobre la hora.
En la nublada tarde del domingo, el elenco albiceleste empezó sin poder hacer pie ante el Ciclón. El conjunto local, urgido de resultados, salió con mayor decisión y en los primeros minutos consiguió dos faltas en campo rival, generando además la amonestación temprana de Santiago Quiros. Con el correr de los minutos, La Academia se acomodó en el clásico y tuvo algunas aproximaciones interesantes.
Johan Carbonero se cerró en varios avances para que Facundo Mura ocupara lo ancho de la banda izquierda. Cuando el equipo de Avellaneda atacaba, Martirena se colocaba en posición de interno, dejando a Solari bien contra la raya. De esta manera, San Lorenzo no tuvo definidas las marcas y perdió referencias. En el ataque más prometedor del primer tiempo, Gastón Gómez despejó un remate de Maxi Salas con destino de red y Carbonero no pudo finalizar la jugada, por el despeje de Romaña.
El partido estuvo claro desde ese momento, donde el conjunto de Miguel Ángel Russo esperó agazapado generar un contragolpe, aprovechando los futbolistas albicelestes por delante de la línea de la pelota. Objetivo que terminó consiguiendo por medio de Alexis Cuello.
A los 30 minutos del primer tiempo, en una fricción lógica de partido, Santiago Sosa perdió el balón ante la presión de Nahuel Bustos, quien habilitó al atacante. El delantero se sacó rápidamente la marca de Di Cesare (de flojo encuentro) y definió por encima del cuerpo de Gabriel Arias). A pesar de haber hecho inferiores en el club y de ser hincha, no dudó en gritar el gol que significó la ventaja local, una vez completada la primera mitad.
En el complemento, el protagonismo volvió a ser de Racing, pero con mayor ritmo y espacios. Bustos decidió habilitar a Cuello antes que finalizar él mismo un contraataque, pero el cierre providencial de Quiros ahogó el segundo tanto del elenco azulgrana.
A los 20 minutos del segundo tiempo, llegó la igualdad. Santiago Sosa remendó el error en el 1 a 0 e inició, con un corte, el camino del empate. Solari (de buen partido) envió un centro que a duras penas fue despejado por Eric Remedi. La pelota se elevó aún más alto, permitiendo que Mura saltara por encima de todos elevando el balón por encima de Gómez.
Cuando el partido se moría en un empate que no le servía a ninguno de los dos, volvió a aparecer en escena el lateral derecho (que cambió de posición por el ingresó de Rojas). Optimista, acompañó una jugada que volvió a gestarse por el costado izquierdo. El buen centro del 27 esta vez fue interceptado por el propio Chila Gómez que, con un despeje corto, le dejó servido el frentazo al canterano de Estudiantes de La Plata.
El grito alocado de todo el banco de suplentes visitante invadió el campo de juego en una suerte de sorpresa por un resultado casi inesperado. Por la dificultad que presentó el clásico, pero sobre todo por el hacedor de los dos tantos.
El triunfo le permite a Racing estirar el historial ante San Lorenzo a cinco encuentros, quedar a tres unidades de Vélez (que recibe el miércoles a Lanús) y viajar con una confianza inmejorable a Paraguay, en busca del sueño sudamericano.