En el primer clásico del certamen (y único a disputarse en condición de local), Racing aplástó a San Lorenzo por 4 a 1. Luego de los primeros 10 minutos donde el Ciclón pudo ponerse en ventaja por alguna desatención aislada en la última línea, La Academia volvió a brillar como ante Tigre y fue contundente ante cada yerro del rival. Adrián Martínez anotó tres goles, mientras que Facundo Mura convirtió el cuarto gol. Cristian Ferreira descontó transitoriamente.
El equipo tiene ganas de ganar y se nota. El entrenador, que no para de caminar de un lado a otro, le imprimió a sus dirigidos un hambre mayúsculo por el gol y por dejar la piel; ya sea jugando o metiendo. Y el plantel de Racing entendió a la perfección lo que tiene que hacer en campo. Con Juanfer como líder de orquesta, el elenco albiceleste (que estrenó indumentaria) fue una amenaza constante para los Matadores en cada uno de sus avances.
A diferencia del partido ante Tigre, Racing no recuperó tan rápido la pelota, pero el hecho de que San Lorenzo avanzara en ataque hizo que el posicionamiento alto del rival le permitiera espacios que supieron aprovechar a la perfección Santiago Solari, Maximiliano Salas y el propio Maravilla. Ni hablar de Gabriel Rojas que fue lo suficientemente incisivo por izquierda y quien centró en la jugada del 1 a 0, más allá de la pifia de Carlos Sánchez.
Así como la diferencia física fue uno de los factores determinantes para que Unión se llevara el premio mayor de Avellaneda en la primera fecha, lo mismo sucedió en la lluviosa noche del viernes pero a favor de La Academia. El Ciclón nunca pudo equilibrar ni bajarle el ritmo al partido. Perdió segundos balones y duelos individuales, permanentemente. Dicho cansancio quedó evidenciado en el segundo gol.
El local abanicó el ataque de izquierda a derecha y con un centro preciso de Solari, nuevamente Martínez se encontró con el gol definiendo en soledad; haciendo fácil lo difícil. Porque mató el recorrido de la pelota con pie abierto, acomodando el balón en el palo derecho de Facundo Altamirano. Fue llamativamente natural que el partido pase a estar 2 a 0 a cuatro minutos del cierre de la primera mitad.
En el complemento, La Academia le cedió balón y campo a la visita para volver a lastimarlo de contra. En ese reinicio, el conjunto azulgrana sólo tuvo dos aproximaciones que llevaron algo de peligro al arco de Gabriel Arias: una pirueta de Adam Bareiro luego de una gran asistencia de Ferreira y otra escalada profunda de Braida que terminó en despeje.
En el momento de mejor volumen de juego del Ciclón llegó el 3 a 0. Zuculini recibió en campo rival, avanzó con pelota dominada y remató, pero su disparo se amortiguó en los defensores. Sin embargo, el impulso le permitió a Martínez rematar exigido un balón que dio en Braida y descolocó a Altamirano. Un estado completamente angelado para el ex atacante de Instituto de Córdoba.
El gol de Ferreira se dio por el único error de Santiago Sosa (jugó un partido excelente). Para cerrar la victoria en goleada, una patriada del juvenil David González, le dio la posibilidad de ingresar a Martínez como segundo delantero y asistir en centro para la aparición de Facundo Mura que con un buen cabezazo le cambió la dirección a Gastón Gómez (que reemplazó a Altamirano, lesionado) y sentenció el resultado.
El esfuerzo, la injundia y el juego volvieron a ser protagonistas en una noche escandalosamente lluviosa. El pueblo académico gozó el triunfo por el rival y por el compromiso que demuestra el equipo. Se viene una dura parada en Rosario, donde Racing deberá hacerse fuerte ante el líder de la zona.