El Boca de Fernando Gago aún no le pudo imprimir su impronta al elenco Xeneize. El equipo de la Ribera tiene peso propio más por las cualidades individuales de sus jugadores que por el rendimiento colectivo. Sufre cuando se tiene que defender y es de temer cuando decide atacar.
El ciclo del sucesor de Diego Martínez, hasta la fecha, tuvo esporádicos momentos de brillo y buen fútbol. Bajo el mando del ex entrenador de Racing, Boca no pudo fortalecer ninguna de sus líneas. Por ahora, el presente futbolístico y el andar del primer equipo no se distingue de los procesos del propio Martínez, Almirón, Ibarra y Battaglia. Es más de lo mismo.
No obstante, el proceso del 2025 es el primero donde Gago pudo completar una pretemporada y (es de suponer) abarcó el tiempo necesario para comunicarles a sus dirigidos la idea de juego. Será el tiempo quien juzgue si la gran inversión que la institución llevó adelante terminó siendo consistente y fructífero para el club.
En el mercado estival, Boca Juniors se pudo reforzar con: Carlos Palacios (Colo Colo) Alan Velasco (FC Dallas), Ander Herrera (Athletic Bilbao), Wiliams Alarcón (Huracán), Ayrton Costa (Royal Antwerp FC), Rodrigo Battaglia (Atlético Mineiro) y Agustín Marchesín (Gremio).
En el último encuentro, precisamente, la última incorporación del Consejo de Fútbol pudo sostener la igualdad transitoria ante Huracán en la Bombonera, cuando el encuentro ya estaba igualado 1 a 1.
El portero, de último paso en el equipo tricolor de Porto Alegre, le tapó un buen remate a Leonardo Gil en el primer tiempo, se mostró muy seguro en los centros y contuvo un buen remate de César Ibáñez, en el complemento; antes de que llegara el desnivel definitivo de Carlos Palacios.
El once inicial para enfrentar a La Academia tendría una disposición táctica de 4-2-3-1, con esta posible alineación: Agustín Marchesín; Luis Advíncula, Rodrigo Battaglia, Ayrton Costa, Marcelo Saracchi; Williams Alarcón, Tomás Belmonte; Exequiel Zeballos, Carlos Palacios, Alan Velasco; Édinson Cavani.