Racing cayó 1 a 0 ante Gimnasia La Plata en una nueva muestra de total improvisación de parte del cuerpo técnico; esta vez, en el armado del once inicial. La dupla de mediocampistas centrales no funcionó y el entrenador, a la vista del juego, erró feo en la planificación del partido. Un barco totalmente a la deriva. Benjamín Domínguez convirtió el único tanto del encuentro.

Si la derrota ante Lanús significó la peor presentación del equipo de Gustavo Costas fuera de Avellaneda, el duelo ante el Lobo en el Cilindro sin dudas fue la producción más baja del elenco albiceleste en este proceso que inició a comienzos de 2024. Por encima de las derrotas ante Unión en el debut y ante Sarmiento. En el primer tiempo el equipo sólo elaboró una jugada neta de gol y una aproximación.

En frente tuvo un equipo que venía golpeado por la derrota en el clásico platense y posterior caída ante Rosario Central en el Bosque. Sin embargo, el conjunto Tripero jamás se refugió en su campo. Por el contrario; su última línea achicó los espacios y, cuando atacaba, sus defensores se adelantaron hasta la mitad de la cancha.

Gimnasia sabía perfectamente que Santiago Solari tiene la aceleración de Johan Carbonero e invitó a Racing a que jugara largo para ganarle fácilmente a Roger y a Maravilla Martínez, de pésimo encuentro. La ausencia de Maximiliano Salas era otro punto del cual el Lobo tomó nota para salir favorecido en su estrategia.

El gol de Domínguez fue la consecuencia inmediata de la floja respuesta defensiva que tuvo Racing en todo el partido. La línea de tres defensores (con el regreso de Marco Di Cesare -el único que estuvo a la altura-) nunca sintió el respaldo de Zuculini y Barrios. El uruguayo se sintió incómodo ubicado por el costado izquierdo y el canterano albiceleste siempre necesitó un tiempo más para controlar el balón y distribuir.

Hasta Santiago Sosa, el jugador más regular de todo este proceso, cayó en la confusión general del equipo despejando el balón directo hacia la ubicación donde siempre había un futbolista del elenco visitante. Una noche absolutamente olvidable donde volvió a repetirse lo que ya es un estigma para este cuerpo técnico: no poder dar vuelta la desventaja.

En el segundo tiempo, los ingresos de Almendra, Carbonero y Salas hicieron que el equipo de Marcelo Méndez retrasara sus líneas y apostara al contragolpe. Racing no pudo finalizar bien una sola jugada. Sólo el disparo desde el punto del penal, marrado por Maravilla Martínez fue el único tiro directo al arco (amén de haber rebotado en el travesaño).

La expulsión del delantero, por la entrada vehemente y el uso desmedido de la fuerza, puede provocarle una sanción de más de una fecha, lo que significaría quedarse afuera del clásico ante Independiente. Como para llenar todos los casilleros de una jornada absolutamente negativa.

El encuentro de ida en Viña del Mar ante Huachipato será el inicio de varios exámenes en donde Costas ya no cuenta con margen de error alguna. Aunque, por supuesto, ya dio sobradas muestras de que no está a la altura de las circunstancias. Dependerá de la respuesta anímica que pueda tener el plantel para superar las adversidades; incluida la insensatez de su entrenador.

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