En otro encuentro inexplicable, Racing cayó 4 a 2 ante Boca en La Bombonera. La Academia se había recuperado de quedar en desventaja y logró dar vuelta el resultado a dos minutos de iniciado el complemento. Sin embargo, la falta de inteligencia le volvió a pesar en lo que se sabía de antemano era una final; principalmente por la ubicación de ambos en la Zona B. Con la derrota, el equipo de Gustavo Costas no sólo no depende de sí mismo sino que deberá sumar 12 de 12 si pretende seguir con vida en la Copa de la Liga.
Cuando tenía todo a su merced para volver a posicionarse en zona de clasificación y luego de haber realizado un correcto primer tiempo, Racing nuevamente se auto flageló y desperdició una chance inmejorable de ser protagonista. Manejando los tiempos del partido y hasta ocasionando mayor peligro que el elenco local, llegó el 1 a 0 convertido por Lucas Blondel, a los 26 minutos del primer tiempo.
Estar abajo en el marcador hizo que el equipo se sintiera nervioso y entrara en el roce físico que desde el primer minuto el Xeneize le propuso; sobre todo apretando la salida por banda. Sin embargo, La Academia no desesperó y 7 minutos más tarde, llegó la igualdad por medio de Juanfer Quintero. El colombiano recibió la habilitación por parte de Maximiliano Salas y definió con el arco desguarnecido tras la salida de Javier García.
En el complemento, apenas iniciada la segunda mitad una gran asistencia de Juanfer dejó a Maravilla cara a cara con García por primera vez en el partido. El delantero no perdonó e increíblemente el equipo albiceleste se reponía de un 0-1 por primera vez en el certamen. La alegría apenas duró dos minutos, por el centro de Lautaro Blanco y por el desvío en Nazareno Colombo.
Luego del 2 a 2, Racing no volvió a generar aproximaciones serias al arco de Boca. Por el contrario, perdió consistencia en la mitad de la cancha y el equipo volvió a quedar largo entre sus líneas. Las desatenciones en los goles de Edinson Cavani y Nicolás Valentini (ambos de cabeza) dan a las claras que el elenco de Avellaneda deberá mejorar mucho si pretende ser competitivo en instancias de definición.
No tendrá margen de error, porque la clasificación a los playoffs quedó seriamente comprometida. No tanto por la derrota de anoche, sino por haber dejado puntos de manera absurda ante Unión y Sarmiento en condición de local.
Quedará en el seno del plantel y en el cuerpo técnico hacerse cargo de los errores y levantarse con una victoria (más que necesaria) ante Defensa y Justicia, el próximo sábado en el Cilindro.