Racing igualó 1 a 1 ante Platense, perdiendo la posibilidad de achicar diferencias con Vélez, a quien enfrentará el próximo sábado en Liniers. La Academia entró dormido y pagó rápidamente su distracción inicial con la desventaja. De esa manera, no pudo jugar con un hipotético resultado a favor, como el entrenador reconoció que hubiera querido, para alivianar las cargas. Santiago Sosa anotó el gol del empate.

La noche del lunes demostró una vez más, por si algún distraído hasta ese momento no se había enterado, que Racing no tiene plantel para competir por competir por los dos frentes que le quedan; de acá, a fin de año. No tiene con qué. No tiene suplentes que puedan cambiar la ecuación.

Es por ese motivo que el técnico volvió a repetir prácticamente el mismo equipo que derrotó a Atlético Paranaense el día jueves, a excepción de Roger Martínez, que no concentró por un entorsis postraumático en el tobillo izquierdo (el técnico decidió reemplazarlo por Maximiliano Salas).

Esa simple modificación sirvió de botón de muestra para entender que los relevos de los que dispone Gustavo Costas no le pueden entregar demasiadas alternativas al equipo. El propio Costas reconoció en conferencia de prensa que tiene que recuperar “a cinco” de ellos. Muy probablemente esa lista la completen Bruno Zuculini, Agustín Urzi, Santiago Solari y Johan Carbonero.

Tras el gol tempranero de Guido Mainero a los 2 minutos del primer tiempo, el equipo reaccionó con algunas aproximaciones e intentos por banda. Probablemente la reacción anímica fue lo último que le quedó a Racing de reserva en el tanque. Con eso le alcanzó para empatar un partido que tranquilamente pudo haber perdido.

La igualdad llegó por medio del mejor jugador del partido y el más regular en lo que va del año. Sosa es una garantía en lo que refiere al compromiso, la entrega y la concentración. El mediocampista dejó su lugar de líbero para acompañar una segunda jugada que recuperó Maravilla. El delantero asistió a Juanfer que encontró al socio perfecto antes de la definición.

En el segundo tiempo el encuentro se rompió y el que estuvo más cerca de quedarse con los tres puntos fue el Calamar. Ignacio Schor ingresó bien en el complemento y aprovechó el cansancio de Gabriel Rojas y Santiago Quiros. En uno de sus desbordes, envió una asistencia perfecta en modo de centro que Mateo Pellegrino terminó desperdiciando de manera increíble.

Lo que siguió después fue confusión, apuro y malas decisiones, producto de la temperatura, la humedad y lo exhausto que terminó el equipo.

A priori, por el momento son ocho los puntos que separan a La Academia de Vélez. El sábado desde las 15 horas tal vez sea la última posibilidad de subirse al tren del campeonato. Quedará en manos de lo que quiera y pueda hacer el equipo. A ganar, como la historia y esta camiseta lo exige.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *