En la última fecha de la Liga Profesional de Fútbol, Racing venció 1 a 0 a River, dejándole un buen sabor al hincha albiceleste que despidió al equipo con aplausos habiendo cumplido el objetivo más importante del año. Maximiliano Salas anotó el único gol del encuentro.

Ha corrido mucha agua bajo el puente, después de aquel 28 de enero, cuando el equipo dirigido por Gustavo Costas debutó ante Unión de Santa Fe como local, en lo que terminó siendo una derrota inesperada. El equipo, poco a poco, se fue conociendo y respondiendo (de menor a mayor) a las expectativas y exigencias que el propio entrenador se puso desde el inicio de su proceso.

Llegaron las victorias clásicas ante San Lorenzo e Independiente y también las decepciones de quedar afuera de los 4 primeros de la Zona B de la Copa de la Liga y la caída estrepitosa ante Talleres de Remedios de Escalada, por Copa Argentina.

Lo cierto que el andar de La Academia en las competiciones locales siempre estuvo teñido de imperfecciones y ha sido completamente irregular. Sólo en un puñado de encuentros el equipo logró reponerse a tiempo (sobre todo en la última competencia), aunque terminó por no alcanzarle para levantar un título a nivel local.

En el plano internacional, el conjunto de Avellaneda logró disimular con mucho esfuerzo, enjundia y concentración sus limitaciones defensivas, explotando al máximo el poder de fuego en ataque. El encuentro ante River no fue la excepción. La Academia fue un equipo cuando atacó, pero otro en el retroceso (sobre todo en la segunda mitad).

En los primeros 45 minutos, la voracidad de Maximiliano Salas y el compromiso con el juego de Roger Martínez complicaron a la última línea del equipo de Marcelo Gallardo. A los 35 minutos, luego de un tiro de esquina enviado por Juanfer Quintero, el propio Salas conectó de cabeza hacia el palo izquierdo de Franco Armani que nada pudo hacer. Premio para el correntino que volvió a exigir y a complicar a los defensores adversarios de turno.

La línea de tres defensores les brindó libertad a los carrileros y tanto Martinera como Rojas supieron explotar al máximo durante la temporada. Otro punto fuerte del equipo fue Gabriel Arias, que sostuvo el 1 a 0 cuando todo River fue en busca de la igualdad.

El ingreso de Pity Martínez le dio otro ritmo al ataque Millonario y puso en riesgo la ventaja mínima conseguida en los primeros 45 minutos. A la visita, salvo algunas aproximaciones, le faltó decisión para poder enderezar el curso del partido y obtener una victoria que le permitiera el pase directo a la fase de grupos de la Copa Libertadores.

El clásico terminó quedando en manos de Racing porque fue el que más trabajó para quedarse con los tres puntos. De esta manera, finaliza un año con saldo positivo, pero con la vara mucho más alta de cara al próximo 2025. A descansar, recuperar fuerzas y volver a competir, corrigiendo los errores que le impidieron conseguir mucho más de lo que logró.

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