Racing cayó 2 a 1 ante uno de los peores equipos de Banfield (sino el peor), desde su último arribo a la máxima categoría. El equipo de Gustavo Costas deambuló perdido durante todo el partido y ni siquiera pudo tomar la ventaja a su favor; por el contrario, terminó siendo un castigo. Un completo desastre, como bien lo definió su entrenador del cual no estuvo exento.
La falsa verdad del mejor plantel de la Argentina, en igualdad de condiciones que River y por encima de Boca se va cayendo a pedazos; fin de semana tras fin de semana. Los suplentes de Racing son un total espanto y en la tarde de ayer ninguno de los que fueron circunstancialmente titulares están en condiciones siquiera de jugar un puñado de minutos en la revancha ante Corinthians.
Ni siquiera Bruno Zuculini, de aceptable primer tiempo, pero lamentable complemento. Ni hablar de Nazareno Colombo, Santiago Solari y Johan Carbonero. Estos últimos tres suelen ser los habituales reemplazos de los que hoy salen casi de memoria en el once ideal. No se encuentran en condiciones futbolísticas de estar siquiera en el banco de los relevos.
Está claro que Carbonero está atravesando el peor momento de su estadía en el club. Al extremo se lo nota con mucho fastidio, desmoralizado y sin ganas de estar. Tuvo la situación más clara del primer tiempo tras una larga corrida desde campo propio pero nunca pudo acomodar la carrera para su pierna derecha, por la persecución de los defensores locales.
La apertura del marcador le cayó del cielo a la visita luego de un corner en donde el Taladro tomó las marcas de manera deficiente. Sin embargo, la desventaja hizo que el conjunto del Sur redoblara los esfuerzos a lo que le agregó ritmo, cosa que no había tenido durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
Tanto el empate, convertido por Bruno Sepulveda como el segundo tanto del equipo de Gustavo Munúa, convertido por Ignacio Rodríguez llegaron desde el andarivel izquierdo de la defensa visitante. Baltazar Rodríguez perdió la marca de Di Luciano en una corrida corta pero rápida del lateral derecho. El buen centro encontró solo al ex delantero de Barracas Central.
En el segundo gol, la pasividad de los mediocampistas centrales más la complicidad de Cambeses de dejar corto un despeje permitió que en un ratito y con muy poco el resultado no sólo pasara a estar en favor de Banfield sino que se cayera por tierra cualquier posibilidad de igualar el marcador.
El recorrido en la Copa Sudamericana es la excusa perfecta que tienen varios de estos futbolistas para licenciar la entrega. Muchos se terminarán yendo (sin duda alguna) cuando llegue diciembre. No se encuentran aptos de vestir una camiseta tan grande y varios de ellos tuvieron muchas oportunidades de las cuales no supieron aprovechar, más bien protagonizaron un papelón tras otro.