Racing quedó eliminado ante Rosario Central en los Cuartos de Final de la Copa de la Liga. La Academia supo jugar mejor que el Canalla, pero chocó ante sus propias limitaciones durante todo el primer tiempo. Dos errores forzados le permitieron al conjunto rosarino abrir el marcador. Sin embargo, la jerarquía de Roger Martínez (ingresado en el complemento) más la fineza de Juanfer Quintero le permitieron estirar la serie hasta los penales, donde pereció como ante Boca y como tantas veces.

El encuentro ante el conjunto de Miguel Ángel Russo fue el ejemplar mismo de lo que fue Racing a lo largo del semestre. Arrestos individuales que permitieron por un momento llegar la ilusión a lugares altos y luego bajar a tierra estrepitosamente. Volviendo a cometer los mismos errores en defensa y pagando la falta de expertiz en los penales (principalmente en no poder contener siquiera uno de ocho remates de la serie).

El duelo de anoche volvió a dejar en evidencia el discreto desempeño de Arias durante toda la temporada. Si se compara el balance del portero, con lo que supo mostrar en el arco de Racing, sin dudas que su performance fue baja. Sobre el cierre de un primer tiempo donde Rosario Central sólo inquietó peligro en dos oportunidades el neuquino, inseguro por la falta de respuesta de su última línea en pelota detenida, salió con los puños y golpeó a Facundo Mallo.

Fernando Rapallini, a instancias del VAR, cobró la pena máxima y Jamilton Campaz lo tradujo en diferencia a favor del elenco auriazul. El 0-1 significó un golpe inesperado para un equipo que respetó en demasía al conjunto de Sebastián Grazzini y esperó agazapado tomando un riesgo importante ya que, a pesar de mostrarse sólido en sus dos marcadores centrales, le dio ventajas al equipo de Avellaneda.

En la segunda mitad, cuando Racing insinuaba pero sin claridad, llegó el segundo mazazo a los 16 minutos del complemento. Encima, de manual. Ignacio Malcorra envió un centro pasado que Carlos Quintana conectó al centro del área para que Agustín Sandez empuje en completa soledad. Todos los vestidos de blanco y celeste fueron testigos privilegiados del 0-2, casi sin inmutarse por lo ocurrido.

Cuando al partido le quedaban 9 minutos para cumplirse el tiempo regular, llegó el descuento. Roger Martínez recibió de Emiliano Vecchio en la puerta del área. Amagó tanto el remate que hasta el propio Jorge Brown terminó arrojándonse sin que el colombiano rematara. Le quedó un mínimo resquisio que sólo los jugadores con un talento semejante pueden aprovechar.

El empuje de La Academia más el temor de Central por proteger la mínima diferencia, dejaron la serie en el ¿suspenso? de los penales. Precisamente, de penal, Juanfer Quintero anotó el empate, luego de que Quiñonez tocara el balón con la mano tras un salto con Maximiliano Romero. El 2 a 2 fue justo. Racing no podía permitirse caer ante un equipo que lo respetó más de la cuenta.

En la tanda de penales convirtieron: Juanfer, Roger, Hauche, Vecchio, Almendra y Mura. Fallaron Moreno y Sigali (el defensor remitió el mismo disparo que ante Boca, por Copa Libertadores). El mencionado Arias no pudo contener ninguno de los ocho remates canallas (el remate de Facundo Mallo dio en el poste). Racing sigue en deuda respecto a a esta clase de definiciones que resuelven certámenes como las copas internaciones, Copa Argentina y el presente torneo.

Que el año venidero encuentre a Racing más ambicioso y con mucho más carácter que lo que dejó en este pobre 2023.

 

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