Racing venció a Coquimbo Unido por 2 a 1 en tierras trasandinas, pero la actuación del equipo sembró muchas dudas por el desarrollo del encuentro. De buen primer tiempo, luego de conseguir la ventaja inicial, La Academia puso en partido al equipo chileno con un error no forzado de Gabriel Arias. Al cierre de la primera parte, volvió a convertir pero el segundo tiempo fue un concierto de impresiones e indecisión que le pudieron costar el triunfo.
El vaso terminó a la mitad. Medio lleno. Le faltó bastante para llegar a tope y conformar una victoria auspiciosa. Por el contrario; la otra mitad estuvo vacía de fútbol y generó bastante confusión. Sobre todo por lo bien que trabajó el partido el elenco albiceleste durante gran parte de los primeros 45 minutos.
Sin la presencia de Juan Fernando Quintero, fue Agustín Almendra quien volvió a darle sentido a los ataques de La Academia. Una vez más asistió a quien terminó convirtiendo el gol del 1 a 0. En este caso, el autor fue Santiago Solari, que a los 9 minutos del primer tiempo recibió un pase elevado del mediocampista y sobre una salida apresurada de Diego Sánchez, esperó que la pelota cayera al suelo, dejando de dar rebote para empujarla a la red.
Luego de ponerse arriba en el marcador, el elenco albiceleste no dejó de buscar y fue por más. Por medio del propio Almendra que no paró de recuperar el balón (tuvo un remate desde afuera del área) y también por parte del incansable Maximiliano Salas. El delantero no paró de exigir a la última línea del elenco Pirata. Un remate suyo se fue apenas por arriba del travesaño.
Cuando el partido estaba completamente controlado y Coquimbo había bajado el pie del acelerador, llegó el empate de la manera menos pensada. A los 42 minutos, García Basso intercepta un balón en ataque del elenco local y de primera se la tocó a Arias. El capitán quiso pisar la pelota y la misma siguió su recorrido al arco. Insólito.
Asumiendo el impacto, Racing quiso recuperarse rápido del golpe y volvió a atacar. La tozudez de Salas hizo que el atacante anticipara su pierna izquierda sobre el despeje de uno de los defensores local que le terminó cometiendo infracción dentro del área grande. Ya en tiempo de descuento, Maravilla Martínez se hizo cargo del disparo y acomodó la dirección del remate arriba a la derecha; lejos del alcance de Sánchez.
El desarrollo del complemento fue digno de un equipo que recién se conoce. De once futbolistas que no están acostumbrados a jugar juntos y que fueron tirados a la cancha en una total improvisación. El juego del equipo se vio empantanado por la reacción del equipo chileno que, al ritmo paciente de la primera mitad, le agregó mayor movilidad y juego al compás de Luciano Cabral, su figura.
De hecho, llegó al empate por medio de un zurdazo potente de Andrés Chávez pero el juez Carlos Betancur, a instancias del VAR, anuló el tanto por una aparente mano del argentino en una decisión, cuanto menos, polémica. La consumación de la igualdad le hubiera costado caro a Racing por el envión anímico que el local hubiera tenido, viendo que en dos oportunidades se reponía en el resultado.
A partir de entonces, el desarrollo se volvió de ida y vuelta y ambos equipos desperdiciaron oportunidades increíbles en las dos áreas. Por parte de la visita, Baltazar Rodríguez y Johan Carbonero (ambos ingresados en el segundo tiempo) tuvieron la posibilidad de anotarse en el marcador pero no supieron aprovechar los espacios y carecieron de efectividad.
Coquimbo chocó una y otra vez con sus propios límites y el equipo de Gustavo Costas, por déficit ajeno, se terminó quedando con el partido.
Sin dudas, más allá del triunfo, el equipo retrocedió en el juego dando muestras claras de que necesita seguir creciendo para encontrar su mejor forma de cara a lo que viene.