A pesar de errores propios y ajenos, Racing le ganó merecidamente a Boca por 2 a 1, volviendo a las raíces de siempre; jugando mientras se pudo y poniendo huevo cuando debió hacerlo. Juan Nardoni y Roger Martínez anotaron los tantos de La Academia que dio vuelta un resultado por primera vez en el año.
Una buena tarde de sábado, La Academia volvió a ser. Volvió a reconciliarse aunque sea un poquito y tal vez por un rato (dependiendo de su suerte en la Copa Sudamericana) con buena parte de su historia reciente. Donde nadie le regaló nada y todo lo consiguió a base de fútbol y tesón.
El partido, que había iniciado parejo, se inclinó ligeramente a favor de Boca luego de la gran habilitación de Miguel Merentiel para una mejor definición de Milton Jiménez, a los 17 minutos del primer tiempo. A diferencia de otros encuentros, el equipo de Gustavo Costas intentó reaccionar inmediatamente al golpe recibido y fue por la levantada.
Tres minutos más tarde sucedió lo que terminó siendo bisagra en el clásico. En una desafortunada salida desde el fondo, Chiquito Romero asistió a un estático Pol Fernández que fue anticipado de manera inteligente por Nardoni. El canterano de Unión acomodó el remate de derecha cruzado, mientras el portero se arrojó anticipadamente a su izquierda.
El empate transitorio hizo que el partido pasara de dominador constantemente y que el mediocampo sea de transiciones rápidas. Boca pudo volver a ponerse arriba en el marcador de no ser por la buena reacción de Cambeses ante Merentiel y a la fortuna de que un buen remate de Zenón terminó golpeando el ángulo derecho del joven arquero.
Racing también tuvo sus chances sobre el cierre de la primera mitad. Por medio de Maravilla Martínez, en primer lugar. El goleador, que viene teniendo una sequía importante, no negoció jamás la entrega y provocó la amonestación de varios futbolistas xeneizes, sobre todo en el complemento. No obstante, no pudo llegar claro para definir, luego de un buen centro de Gastón Martirena.
Lo propio ocurrió con Salas, tras buena asistencia de Facundo Mura. La diferencia, en relación a la jugada de Martínez es que Salas llegó mejor perfilado que el Nueve y definió fuerte, cuando la jugada le pedía abrir el pie para colocar el remate.
En la segunda mitad, los nervios y el desgaste realizado por ambos equipos en los primeros 45 minutos hizo que el ritmo del partido bajara; que se estacionara todo en una circulación más lenta y controlada. Allí se notó una gran indecisión de parte de Boca en ir a buscar el encuentro. Por su parte, Gustavo Costas decidió incluir a Baltazar en reemplazo de Carbonero. Al canterano albiceleste le costó entrar en partido, ubicado en la parte derecha del ataque.
Se lo vio completamente condicionado a tapar la salida de Lautaro Blanco y a colaborar con Nardoni y Almendra, de buen encuentro. Por ese motivo es que no pudo gravitar tanto en la construcción, a pesar de haber tenido su chance para el 2 a 1. Ventaja que llegó por los ingresos de Juanfer y Roger.
A nueve minutos del cierre, al mediocampista colombiano le cometieron una falta en tres cuartos. Se encargó de enviar un centro llovido para que el 10 cabeceara en total soledad y encontrando a Romero en plena salida. El VAR confirmó la habilitación de Roger y todo fue alegría.
El elenco de Avellaneda defendió con uñas y dientes el empate, teniendo a Santiago Sosa (cada vez más afianzado; siendo capitán ante la ausencia de Arias) y a Marco Di Cesare como estandartes de la resistencia.
Los tres puntos le dan oxígeno a Racing, pensando en el compromiso vital del próximo jueves en el encuentro de ida ante Atlético Paranaense, a disputarse en Curitiba. Se deberá ajustar el retroceso y la nula capacidad que mostró la defensa para colocar en línea a sus tres marcadores centrales, entre otras cosas. Desde ya que con una victoria, se puede corregir más, mejor y con otro ánimo.